el momento santo
El momento santo
Podemos llegar a un nivel de comprensión y conocimiento que supera el conocimiento mismo y no tenemos que hacer nada.
No es necesario ir al Everest ni leer una biblioteca entera, aunque puede ayudar.
Me basta con estar totalmente conectado y entregarme a lo que me pasa, entregarme totalmente...
prácticamente ya no están,
esa charla ya no existe
y navego en un silencio inmenso, inmerso en una luz sin tiempo ni lugar.
Son momentos de un instante santo.
Estoy conectado con el todo: soy al mismo tiempo hijo, hermano y padre y ese Hijo está a mi lado tan cerca que casi podría tocarlo.
Y aquí, mientras sonrío y me alegro de este resultado, extiendo la mano para hacerlo...
todo desaparece
Y de nuevo en el barro donde estaba antes
y no entiendo.
La tristeza viene pero no la despido, la acojo pero de otra manera:
cierro los ojos,
Me escucho en la niebla
Recuerdo sonreír
y la calma regresa lentamente.
Gracias Espíritu Santo por no abandonarme.